martes, 29 de diciembre de 2009

-Mitologia Clásica- "Eros y Psique"

Cuenta la leyenda que en una ciudad de Grecia había un rey y una reina que tenían tres hijas. Las dos primeras eran hermosas. Para ensalzar la belleza de la tercera, llamada Psique (en griego significa alma), no es posible hallar palabras en el lenguaje humano. Tan hermosa era que sus conciudadanos, y un buen número de extranjeros, acudían a admirarla. Incluso hubo quien osó a compararla con la propia Afrodita, la diosa al darse cuenta que sus templos estaban vacíos por que la gente prefería rendirle honores a la maravillosa Psique, le encargó algo a su hijo Eros. -Haz que Psique se inflame de amor por el más horrendo de los monstruos-, y dicho esto, se sumergió en el mar con su cortejo de nereidas y delfines.


Poco tiempo después, las dos hijas mayores contrajeron matrimonio y al ver que la menor no tenía pretendientes, su padre consultó al oráculo, escuchando con espanto como éste le ordenaba que vistiese a su hija con la mejor de las galas nupciales y la dejara en la cima de la montaña abandonada a su suerte, por que el destino había predestinado a la joven como goce de un horrible mounstruo de una ferocidad extraordinaria.

Sobre un lecho de roca quedó muerta de miedo Psique, en lo alto del monte, mientras el fúnebre cortejo nupcial se retiraba. En estas que se levantó un viento, se la llevó en volandas y la depositó suavemente en un pradera cuajada en flor. Tras el estupor inicial Psique se adormeció. Al despertar, la joven vio junto al prado una fuente, y más allá un palacio. Sirvientes invisibles acompañaron a la joven, que no podía dar créditos a sus ojos.

-¿ Donde estoy?- preguntó perpleja la dulce doncella al no distinguir a nadie ni en los jardines ni en las salas del palacio.
-Donde serás amada y tus deseos se verán satisfechos- murmuró una voz a su oído.
Y en efecto: como al conjuro de su capricho, resonaban música, se le ofrecían vestidos, joyas y banquetes. Llegada la noche, acudió el misterioso esposo a ejercer los deberes conyugales.

Pasaron los días por la soledad de Psique, y con ellos sus noches de placer. En una ocasión su desconocido marido le advirtió: -Psique, tus hermanas querrán perderte y acabar con nuestra dicha-.
 -mas añoro mucho su compañía- dijo ella entre sollozos.
-Te amo apasionadamente, pero querría ver de nuevo a los de mi sangre- 
-Sea- contestó el marido, y al amanecer se escurrrió una vez más de entre sus brazos. De día aparecieron junto a palacio sus hermanas y le preguntaron, envidiosas, quién era su rico marido. Ella titubeó, dijo que un apuesto joven que ese día andaba de caza y, para callar su curiosidad, las colmó de joyas. Poco antes de que anocheciera, Psique tranquilizó a sus hermanas y las despidió hasta otra ocasión

Con el tiempo, y como no podía ser de otra forma, Psique quedó encinta. Pidió entonces a su marido que hiciera llegar a sus hermanas de nuevo, ya que quería compartir con ellas su alegría. Él rezongó pero, tras cruzar parecidas razones, acabó accediendo. Al día siguiente llegaron junto a palacio sus hermanas. Felicitaron a Psique, la llenaron de besos y de nuevo le preguntaron por su marido. -Está de viaje, es un rico mercader, y a pesar de su avanzada edad...- Psique se sonrojó, bajó la cabeza y acabó reconociendo lo poco que conocía de él, aparte de la dulzura de su voz y la humedad de sus besos...
-Tiene que ser un monstruo- dijeron ellas, aparentemente horrorizadas, -Has de hacer, Psique, lo que te digamos o acabará por devorarte-. Y la ingenua joven asintió.


-Cuando esté dormido- dijeron las hermanas -coge una lámpara y este cuchillo y córtale la cabeza- Enseguida partieron, y dejaron sumida a Psique en un mar de turbaciones. Pero cayó la noche, llegó con ella el amor que acostumbraba y, tras el amor, el sueño. La curiosidad y el miedo tiraban de Psique, que se revolvía entre las sábanas. Decidida a enfrentar al destino, sacó por fin de bajo la cama el cuchillo y una lámpara de aceite. La encendió y la acercó despacio al rostro de su amor dormido. Para mayor sorpresa de la joven se dió cuenta de que a su lado, su marido no era otro que...
!el mismísimo dios Eros! Joven y esplendoroso, unos mechones dorados acariciaban sus mejillas, en el suelo el carcaj con sus flechas. La propia lámpara se avivó de admiración y una gota encendida de su aceite cayó sobre el hombro del dios que despertó sobresaltado.

Al ver traicionada su confianza, Eros se arrancó de los brazos de su amada y se alejó mudo y pesaroso. En la distancia se volvió y dijo a Psique: -Llora, sí. Yo desobedecí a mi madre Afrodita desposándote. Me ordenó que te venciera de amor por el más miserable de los hombres, y aquí me ves. No pude yo resistirme a tu hermosura. Y te amé... Que te amé, tú lo sabes. Ahora el castigo a tu traición será perderme- Y dicho esto se fue. Quedó Psique desolada y se dedicó a vagar por el mundo buscando recuperar, inútilmente, el favor de los dioses: la cólera de Afrodita la perseguía. La diosa finalmente dio con ella, decidió someter a Psique a varias pruebas. La joven bajó a los infiernos en busca de una cajita que contenía hermosura divina, y quiso ponerse un poco pero al abrir la caja, un sueño insoportable se abatió sobre ella. Habría muerto, de no ser porque Eros acudió a despertarla. Zeus determinó que los amantes podían vivir juntos. Así que Hermes raptó a Psique y la llevó al cielo, donde se hizo inmortal.

De esta forma quedaron unidos para siempre el Amor (Eros) y el Alma (Psique).

domingo, 20 de diciembre de 2009

Realmente no estoy tan solo

Me tomo un café con tu ausencia
y le enciendo un cigarro a la nostalgia
le doy un beso en el cuello a tu espacio vacío

Me juego un ajedrez con tu historia
y le acaricio la espalda a la memoria
seduciendo al par de zapatos azules
que olvidaste

Y charlo de política
con tu cepillo de dientes
con visión tan analítica,
como cuando te arrepientes.

Realmente no estoy tan solo,
quién te dijo que te fuiste
si aún te encuentro cocinando
algún recuerdo en la cocina
o en la sombra que dibuja la cortina.

Realmente no estoy tan solo,
quién te dijo que te fuiste
si uno no está donde el cuerpo,
sino donde más lo extrañan
y aquí se te extraña tanto

Tú sigues aquí, sin ti, conmigo
quién está contigo si ni siquiera estás tú...

Converso con tus medias de seda
y le preparo un croissant al recuerdo
mientras le rasco una rodilla
a esta vida, sin vida.

Le canto una canción a la nada
y me burlo de la melancolía
mientras le subo el cierre
a la falda de las ganas.

Sintiendo tantas cosas,
realmente no estoy tan solo.
Sola tú que estás conmigo
y no te fuiste contigo.


Realmente no estoy tan solo,
quién te dijo que te fuiste
si aún te encuentro cocinando
algún recuerdo en la cocina
o en la sombra que dibuja la cortina.

Realmente no estoy tan solo,
quién te dijo que te fuiste
si uno no está donde el cuerpo,
sino donde más lo extrañan
y aquí se te extraña tanto

Tú sigues aquí, sin ti, conmigo
quién está contigo
si ni siquiera estás tú...

martes, 15 de diciembre de 2009

Acompañame a estar solo

Acompañame a estar solo,
a purgarme los fantasmas,
a meternos en la cama sin tocarnos.
Acompañame al misterio
de no hacernos compañia,
a dormir sin pretender que pase nada,
acompañame a estar solo…


Acompañame al silencio
de charlar sin las palabras,
a saber que estás ahí y yo a tu lado.
Acompañame a lo absurdo de abrazarnos sin contacto,
tú en tu sitio yo en el mío
como un angel de la guarda,
acompañame a estar solo…


Acompañame
a decir sin las palabras
lo bendito que es tenerte
y serte infiel solo con esta soledad


Acompañame
a quererte sin decirlo,
a tocarte sin rozar ni el reflejo de tu piel a contraluz,
a pensar en mi para vivir por ti.
Acompañame a estar solo…


Acompañame a estar solo
para calibrar mis miedos,
para envenenar de a poco mis recuerdos,
para quererme un poquito
y asi quererte como quiero.
Para desintosicarme del pasado,
acompañame a estar solo…


Y si se apagan las luces,
y si se enciende el infierno,
y si me siento perdido
se que tu estaras conmigo
con un beso de rescate


Acompañame a estar solo…

Emulando a Oscar Wilde...

- A veces podemos pasarnos años sin vivir en absoluto, y de pronto toda nuestra vida se concentra en un solo instante.
- Lo menos frecuente en este mundo es vivir. La mayoría de la gente existe, eso es todo.
- El verdadero misterio del mundo es lo visible, no lo invisible.
- Sólo hay una cosa en el mundo peor que estar en la boca de los demás. y es no estar en la boca de nadie.
- Cuando la gente esta de acuerdo conmigo siempre siento estar en lo equivocado.
- No hay nada como el amor de una mujer casada. Es una cosa de la que ningún marido tiene la menor idea.
- La única ventaja de jugar con fuego es que aprende uno a no quemarse.
- La experiencia no tiene valor ético alguno, es simplemente el nombre que le damos a nuestros errores.
- Las preguntas no son nunca indiscretas, las respuestas a veces sí.
- Cínico: un hombre que sabe el precio de todo y el valor de nada.
- La mejor manera de librarse de la tentación es caer en ella.
- No existen mas que dos reglas para escribir: tener algo que decir y decirlo.
- La educación es algo admirable, sin embargo, es bueno recordar, que nada que valga la pena se puede enseñar.
- Ningún artista ve las cosas como son en realidad; si lo hiciera dejaría de ser artista.
- Los hombres casados son horriblemente aburridos cuando son buenos maridos, e insoportablemente presumidos cuando no lo son.
- Logro resistirlo todo, salvo la tentación.
- Es absurdo dividir a la gente entre buena o mala. La gente es tan solo encantadora o aburrida.
- A mí dadme lo superfluo, que lo necesario todo el mundo puede tenerlo.
- Nada se parece tanto a la ingenuidad como el atrevimiento.
- Para la mayoría de nosotros la verdadera vida es la vida que no llevamos.
- Tengo gustos simples. Me satisfago con lo mejor.
- El único deber que tenemos con la historia es rescribirla.
- Hay pecados cuya fascinación está más en el recuerdo que en la comisión de ellos.
- La única diferencia entre un capricho y una pasión eterna es que el capricho es más duradero.

miércoles, 9 de diciembre de 2009

Maria se bebe las calles

María pensó que el amor era un mandamiento de dos
y esperando el primer beso se hace vieja ante el espejo
y limpia su llanto, maquilla sus heridas y se le va la vida...
Recuerda la primera vez que le juro que fue sin querer
y en los hijos que vinieron, prisioneros de su miedo,
María soñaba con ser la princesa
de los cabellos de oro y la boca de fresa

María se fue una mañana
María sin decir nada
María ya no tiene miedo
María empieza de nuevo
María yo te necesito
María escapo de sus gritos
Se bebe las calles María
María...

Ella nunca dice que no es esclava de su señor
ella siempre lo perdona a sus pies sobre la lona
su patria es su casa, su mundo, la cocina
y se le viene encima...
Un dia dejo el corazón abandonado en su colchón
solo piensa al ver su cuerpo... Ay! Del quinto mandamiento
María no tiene color en la sangre
María se apaga y no lo sabe nadie...

María se fue una mañana
María sin decir nada
Maria ya no tiene miedo
María empieza de nuevo
María yo te necesito
María escapó de sus gritos
Se bebe las calles María...
María...

Maria pensó que el amor era un mandamiento de dos

domingo, 6 de diciembre de 2009

Con permiso de Aragón...

Ni las noches de mayo en sábanas calientes
ni aquellas del Carranza de la primavera...
ni las de la Alameda abrazando al poniente
ni aquellas noches largas con mi gente
las noches malas y las noches buenas.
Ni las noches de enero, últimos ensayos
ni las noches que un rayo me vino a caer
ni aquellas noches que sin luz...
Me vi trepando por la calle por el deseo de tenerte a ti
ni las noches de pecado y el ruido
ni las que pase dormido...
ni las noches silenciosas donde tantas cosas se hablan
ni las noches que no tienen dia que venza a la noche,
porque hay días que no tienen noches que venzan al alba...
Ni las noches que pasé bebiéndome los libros y pensando qué
hasta el amanecer no iba a lavar mi mente
con claridad...
Ni las noches de Carnaval donde me hice inmortal repitiendo estribillos,
ni la noche de San Juan cuando pude quemar a mi propio juanillo.
No hubo noche ni la habrá
más hermosa que la dulce noche que he pasado contigo.
Tu paseando tu cara bonita por esa almohada que era de los tres
mientras yo susurraba en tu oreja caliente canciones de cuna,
mira si fue bonita aquella noche que desde que fue
ya no nos mira...
Ni la luna.

martes, 1 de diciembre de 2009

La mujer para Aristóteles...

... Por último debemos decir algo sobre la opinión que tenia Aristóteles de la mujer. Desgraciadamente no era positiva como la de Platón. Aristóteles pensaba más bien que a la mujer le faltaba algo. Era un "hombre incompleto". En la procreación la mujer sería pasiva y receptora, mientras que el hombre sería el activo y el que da. Aristóteles pensaba que un niño solo hereda las cualidades del hombre. La mujer era como la Tierra, que no hace más que recibir y gestar la semilla, mientras que el hombre es quien siembra. O, dicho de una manera genuinamente aristotélica: el hombre da la "forma" y la mujer contribuye con la "materia".

Naturalmente, resulta sorprendente y también lamentable que un hombre tan razonable en otros asuntos se pudiera equivocar tanto en lo que se refería a la relación entre los sexos. No obstante, nos muestra dos cosas: en primer lugar que Aristóteles seguramente no tuvo mucha experiencia práctica con mujeres ni con niños. En segundo lugar muestra lo negativo que puede resultar que los hombres hayan imperado siempre en la filosofía y las ciencias.

Y particularmente negativo resulta el error de Aristóteles en cuanto a su visión de la mujer, porque su visión, y la de Platón, llegaría a dominar durante la Edad Media. De esta manera, la Iglesia heredó una visión de la mujer que en realidad no tenía ninguna base en la Biblia. ¡Pues Jesús no era anti-mujer!

¡No digo más! ¡Volverás a saber de mi!